La historia del Grupo Rieu se remonta al año 1900 cuando Raymond Rieu Fabre abandonó su querido París, donde aprendió el oficio de óptico con su tío, y tomó un barco en Barcelona rumbo a América en busca de nuevos horizontes. Entre su equipaje, llevaba dos grandes cajas de cartón que contenían las gafas graduadas en las que había invertido todos sus ahorros y que le permitirían iniciar su propio negocio al otro lado del Atlántico.
Al llegar a la isla de Tenerife, donde el barco se detendría dos días, Raymond Rieu observó con distracción la escena que tenía delante. Parecía una ciudad alegre, con una incipiente vida comercial, a la sombra de un impresionante macizo montañoso.
De repente, sintió que un escalofrío recorría su cuerpo y supo, en ese mismo momento, que en aquella ciudad, de la que apenas había oído hablar, pasaría el resto de su vida.
Y ese fue el comienzo de una gran empresa familiar que hoy se encuentra profundamente arraigada en la isla de Tenerife y que forma parte de su historia.Aquel joven francés salió adelante. Vendió sus primeras gafas puerta a puerta, de manera ambulante. La facilidad con la que vendió sus dos cajas de gafas (pocos en Tenerife tenían la suerte de poseer unas) le animó a importar nuevo material y a abrir su propio negocio en la que hoy se conoce como calle Viera y Clavijo, tras pasar algún tiempo en un puesto que instaló en la parada de guaguas de la plaza Weyler.
En 1930 adquirió un gran local en la calle del Castillo, donde pudo ampliar su negocio con la venta de joyas, relojes y artículos de cirujano, e incluso de armas, dada su gran afición a la cacería.